Da igual el nombre que le podamos poner a los primeros trazos de  l@ niñ@, es tan interesante conocer que hay detrás de ellos, como adultos necesitamos poner un adjetivo algo que describa lo que hay en el papel, y  a veces olvidamos o desconocemos  el momento en el que l@s niñ@s se encuentra, los obstáculos grafomotrices con los que se tienen que manejar  y aunque quisieran no puede controlar ese impulso de trazar, como  cuando están dando sus primeros pasos, y aun su cuerpo no está preparado para trotar, todo lleva un tiempo y todo llega.

Hace un tiempo  mi hija pequeña hizo este dibujo,  se  esforzó  por llegar a donde aún su grafomotricidad no estaba preparada, pero quería  conseguir una meta fijada por un adulto que desconocia las etapas plásticas y las habilidades grafomotrices de l@s niñ@s,  que obviamente no era adecuada a su momento plástico madurativo, esta experiencia mas que una motivación en ella para conseguir controlar su trazado la desmotivo en el amplio sentido de la palabra, llevandola incluso a no querer pintar más. Es por ello que quiero compartiros esta experiencia y la importancia de  dar el tiempo a l@s niñ@s necesario para crecer a su ritmo, sin prisa, pero sin pausa y “aunque ya sabemos que el tiempo es oro”, “ la vida pasa volando”,  “sino coges el tren se va y  ese no vuelve”… y así vamos por encima de nuestras posibilidades, y lamentablemente transmitiéndoselo a l@s niñ@s,  esto repercute en su desarrollo en su crecimiento, en su expresión, en permitirles y aceptar que sean ell@s mism@s.

Me apetece compartir este dibujo y contaros la importancia de los primeros trazos en l@s niñ@s, la necesidad de tener muchas  oportunidades,  trazar de una manera libre y espontánea, sin prisa, por placer, y poco a poco irán realizando conquistas esas conquistas que les llevará primero quizás a hacer un circulo, o cuadrado, o una “espina” (como define A. Stern), y así  repetir muchas veces  un trazo.  “Porque quiero pintar la hierba mamá” pero  realmente o quizás necesita hacer ese trazo que acaba de conquistar, de descubrir que lo puede hacer,  y  se siente satisfecha con el resultado. La línea,  la repite y repite, para poder en su próxima oportunidad realizar otra conquista mas, y así poco a poco sin prisa, a su ritmo, a su tiempo, disfrutando van creciendo, madurando y  “haciéndose así mismos”.

Os invito a no poner adjetivos a los primeros, segundos, terceros… trazos de l@s niñ@s e intentéis descubrir que conquistas grafomotrices han realizado, cuanto esfuerzo pueda haber detrás de ese aparente, garabato, rayon, torbellino…