A Stern a lo largo de sus años descubrió  en los niños distintas figuras que se escondían detrás de sus trazos, a los más tempranos les bautizo con el bello nombre de torbellinos. Descubría como  se repetían en los distint@s niñ@s de diferentes partes del mundo. Pero  no solo a través del dibujo aparecen esas figuras sino también con cualquier herramienta artística (arcilla, material reciclado, elementos naturales…)

 L@s niñ@s están deseos@s de florecer crear, de experimentar, jugar, divertirse y aprender a través del arte. Deseosos de poder ser ellos mismos, de ser guiados a descubrir esa esencia única y especial que a cada uno  hace ser diferente. Y en  el arte infantil también se manifiesta, porque es aquí donde reposa su impronta.

Que importante proporcionar a l@s niñ@s un espacio   libre de juicio hacia sus creaciones, que sea vehículo que preserva la espontaneidad y que los guía a conectar con su esencia innata. Porque es cuando crean por placer, permitimos  salir los tesoros escondidos habitan  en el interior.